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Manifiesto Comuniata

Manifiesto Comunista

El Manifiesto Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, por su título en alemán) fue el programa político de la Liga Comunista. Fue encargado a Karl Marx y a Friedrich Engels en 1848 por el Congreso comunista de Londres, y ellos convirtieron una mera declaración de principios en uno de los documentos de mayor relevancia histórica y política del siglo XIX.

Con el lema "Proletarios de todos los países, uníos", este Manifiesto favoreció una gran revolución social y política y fue la base ideológica del movimiento obrero internacional y del proceso revolucionario ruso, que culminó en 1917 con la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En realidad, el Manifiesto es un breve documento, de de menos de 40 páginas, organizado en cuatro grandes apartados:

  • Burgueses y proletarios. En este apartado introductorio, desarrolla la idea de que la historia del mundo se basa en la lucha entre opresores y oprimidos, y concibe el modelo social de entonces como un espacio de enfrentamiento entre la burguesía, obligada a revolucionar constantemente los medios de producción para su propia supervivencia; y el proletariado, que aprovechará los cambios desencadenados por el capital para volverse contra él y derrumbar el orden capitalista.

  • Proletarios y comunistas. Marx identifica el proyecto comunista de la Liga con los intereses del proletariado internacional, de forma que define el comunismo como la ideología obrera final o vanguardia proletaria. En este apartado desarrolla propiamente el programa del comunismo y rebate una a una las descalificaciones que se vierten contra este proyecto político. Así, establece en este apartado la abolición de la propiedad privada, la creación de un elevado impuesto progresivo, la omnipotencia del Estado y el igualitarismo entre todos los ciudadanos. Mediante estas medidas (dictadura del proletariado) los autores buscan la desaparición de las desigualdades de clase; y teóricamente, tras la superación de esta fase tendrá lugar el establecimiento de una sociedad libre y socialista en la que el poder político ya no sea necesario.

  • Literatura socialista y comunista. Entre la nebulosa de propuestas que teóricamente se enmarcaban en la izquierda, los autores del Manifiesto destacan varias tendencias:

    • Socialismo reaccionario, soportado por los pequeños comerciantes y campesinos que, viendo amenazada su superviviencia por la voracidad burguesa, se adhieren al comunismo para derribar al gran capital.

    • Socialismo alemán, desafortunada imitación de la literatura socialista francesa que queda relegada a una función meramente teórica y idealista, sin ningún valor práctico.

    • Socialismo burgués, entendido como la coraza de algunos sectores de la burguesía para resistir el empuje del proletariado. Según esta tendencia, la burguesía es una clase buena y necesaria para el proletariado.

    • Socialismo utópico, conjunto en el cual se enmarcan las corrientes de Saint-Simon, Owen o Fourier, que no contemplan la lucha de clases como necesidad para llegar a un orden socialista.

  • Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición. Tras una enumeración de la situación del partido comunista en diferentes países europeos y en los EE.UU., los autores concluyen que el comunismo se posiciona en todos sitios enfrente del poder establecido y al lado de los revolucionarios, sean estos burgueses en un país feudal, campesinos en una nación burguesa, etc.

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